Este proyecto es el segundo local diseñado por el estudio para la ITA BKNS. El punto de partida fue generar un hilo conductor entre ambos locales existentes, fortaleciendo la identidad y esencia de la marca.

Al igual que el local situado en Palermo, la premisa principal de diseño fue crear un vínculo con la playa y las texturas de la naturaleza. Es por ello que el local se proyecta en tonalidades neutras, con una paleta casi monocromática a base de blancos y beiges.

Si bien ambos locales parten de una misma idea, era importante generar una singularidad propia para cada espacio. En este caso, los materiales elegidos fueron las piedras de mármol blancas y la madera clara. Ambos materiales dialogan para componer un espacio central de pausa que le da singularidad y carácter al local.

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